La divina comedia

 

La divina comedia – Dante Alighieri

Frases relevantes La Divina Comedia 🙂

El que sin gloria consume su vida, deja en pos de sí el mismo vestigio que el humo en el aire o la espuma en el agua.

Hay quienes tiene la justicia en el corazón pero son tardíos en aplicarla.

Su recuerdo renueva mi temor; temor tan trisque, que la muerte no lo es tanto.

Este valle me había llenado de miedo el corazón.

El Amor divino imprimió el primer movimiento a todas las bellas cosas de la creación.

Venía con la cabeza alta, y con un hambre tan rabiosa, que hasta el aire parecía temerle.

Como aquel que no quiere ya lo que quería.

Sólo deben temerse las cosas que pueden redundar en perjuicio de otros; pero no aquellas que no inspiran este temor.

Me hizo perder el sentido y me hizo caer como un hombre sorprendido por el sueño.

No te opongas a su viaje ordenado por el destino, luego hirieron mis oídos grandes lamentos.

No se sabe si están entre las dulzuras del cielo o entre las amarguras del infierno.

Todo el oro que existe bajo la luna, y todo el que ha existido, no puede dar un momento de reposo a una sola de esas almas fatigadas.

Mi guía saltó a la barca y me hizo entrar en ella tras de él; pero aquélla no pareció ir cargada hasta que recibió mi peso.

Cuantos se tienen allá arriba por grandes reyes, que se verán sumidos como cerdos en este pantano, sin dejar en pos de si más que horribles desprecios.

Llegamos, no sin dar antes un gran rodeo. Volvamos inmediatamente sobre nuestros pasos.

No temas, pues nadie puede cerrarnos el paso que Dios nos ha abierto; Reanima tu abatido espíritu.

Ahora dirige el nervio de tu ojo sobre esa antigua espuma.

Al punto en que se divide el segundo recinto del tercero, y donde se ve el terrible poder de la Justicia Divina.

Bien escucha quien bien retiene.

Para tanta conversación el tiempo es corto.

!Oh, qué circunspectos deberían ser los hombres antes los que, no solamente ven sus actos, sino con la inteligencia leen en el fondo de sus pensamiento!.

El hombre debe, siempre que pueda, cerrar sus labios antes de decir una verdad que tengas visos de mentira; porque se expone a avergonzarse sin tener culpa.

Su rostro era el de un varón justo, tan bondadosa era su apariencia exterior, y el resto del cuerpo el de una serpiente.

Entonces observé, pues no lo había reparado antes.

Me asaltó un temor tan grande y repentino, que ni para mirar detuve mi fuga.

Entre malos gatos había caído aquel ratón.

El que sin gloria consume su vida, deja en pos de sí el mismo vestigio que el humo en el aire o la espuma en el agua.

Yo estaba sobre el puente, tan absorto en la contemplación de aquel espectáculo.

No es posible absolver al que no se arrepiente, como tampoco es posible arrepentirse y querer al pecado al mismo tiempo, pues la contradicción no lo consiente.

Hirieron mis oídos diversos lamentos que cual agudas flechas me traspasaron el corazón.

Cuánto engaña a la vista la distancia.

Así como la vista, cuando se disipa la niebla, reconoce poco a poco las cosas ocultas por el vapor en que estaba envuelto el aire.

Cuando la fuerza del ingenio se une a la malevolencia y al vigor no hay resistencia posible para el hombre.

Sus ojos que estaban preñados de lágrimas, se derramaron en los párpados.

Luego nos dirigimos hacia el centro donde converge toda la gravedad de la Tierra.

He aquí el lugar donde es preciso que te armes de fortaleza.

Sin concedernos el menor descanso, subimos, él delante y yo detrás.

El alba vencía ya al aura matutina, que huía delante de ella.

Permanecieron firmes y apretados entre sí, como se detiene a mirar aquel que duda.

Al que conoce mejor el valor del tiempo le es más desagradable perderlo.

Sus palabras me aguijonearon de tal modo que me esforcé cuanto pude trepando hasta donde él estaba.

Dejaba que nos aproximásemos, mirando únicamente como el león que reposa.

Hay quienes tiene la justicia en el corazón pero son tardíos en aplicarla.

Dictan tan sutiles decretos que los que expide en octubre no llegan a mediados de noviembre.

Vendimia: Así como ciertos políticos que son mordidos por los dientes de la corrupción.

Estoy con los inocentes párvulos, mordidos por los dientes de la muerte antes de que fueran salvados del pecado original.

Era la hora en que se enternece el corazón de los navegantes y renace el deseo de abrazar a los caros amigos.

!Qué pocos acuden a esta invitación!. !Oh raza humana, nacida para remontar el vuelo!, ¿Por qué el menor soplo del viente te hacer caer?

No todos los sellos estampados en cera son buenos, por mas que la cera lo sea.

Retiré del agua, contra mi voluntad, la esponja de la curiosidad no saturada.

Muchas veces, en efecto, aparecen las cosas de manera que dan motivo a falsas presunciones, porque las verdaderas causas están ocultas.

Mal habla el que esta poseído de otro deseo.

El tiempo es caro en éste reino.

El hombre a quien estimula el aguijón de la necesidad no se detiene por nada que encuentre.

Como aquel que al hablar reserva las palabras mas calurosas  para lo último.

La gloria de aquel que todo lo mueve se difunde por el Universo.

Todas las cosas guardan un orden entre sí; y este orden es la forma que hace al Universo semejante a Dios.

Dios y nuestra naturaleza se unieron. Allí se verá esto que creemos por la Fe; pero sin demostración alguna.

El cielo siguientes, que tiene tantas estrellas, distribuye aquel ser entre diversas esencias, distintas de el y que en el están contenidas.

La virtud de la caridad, calma las voluntades y hace querer solamente lo que tenemos y no apetece nada mas.

Todos embellecen el primer círculo y gozan de una vida diferentemente feliz, según que sienten más o menos el Espíritu eterno.

No proporciona ciencia alguna el oír y no retener.

Beatriz, irradiando sobre mí una sonrisa que haría feliz a un hombre en el fuego.

Nada hace cambiar su sello una vez impreso.

?Entre el primer día y la última noche no hubo ni habrá jamás un procedimiento tan sublime y magnifico.

La mente perfecta por sí sola ha provisto a la naturaleza de todas sus cosas, sino que también a la estabilidad y conservación de todas juntas.

La naturaleza es siempre estéril si la fortuna le es contraria, como toda simiente esparcida fuera del clima que le conviene. Y si el mundo allá abajo se apoyara en los cimientos que pone la Naturaleza, habría por cierto mejores habitantes en él; pero vosotros destináis para el tempo al que nació para ceñir la espada y hacéis rey al que debía ser predicador; así es que vuestros pasos se separan siempre del camino recto.

El que va en busca de la verdad sin conocer el arte de encontrarla, hace el viaje peor que en vano.

Imposible que dos ángulos obtusos  puedan caber en un triángulo.

?La espada de Dios no hiere nunca demasiado pronto, ni demasiado tarde.

Enciende tanto más el amor cuanto mayor bondad encierra.

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